martes, 30 de mayo de 2017

RECONECTARNOS CON LOS NIÑOS




¿UN PROYECTO DE INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA FAMILIAS A TRAVÉS DEL OCIO ACTIVO?  

En varias ocasiones nos han preguntado:

 ¿Como vais a hacer para que los padres se involucren en las actividades, participen, se comprometan, colaboren...?
 ¿Como vais a hacer, si en muchas ocasiones son los primeros en no respetar las normas, aislarse en grupos o crear muros hacia sus hijos?

La respuesta es fácil. 

Desde esa propia motivación personal que un día les llevó a querer ser padres. 

Hay muchas preguntas que los padres nos hacemos sin respuesta, porque creemos no tenerlas. Pero las respuestas están ahí.
 A veces, sólo necesitamos de alguien que nos encienda una luz para verlas. 




¿CÓMO PUEDO TRANSMITIR A MI HIJO VALORES COMO EL COMPROMISO, EL RESPETO, LA COOPERACIÓN Y EL ESFUERZO, COMO SI FUERAN UN JUEGO O UN RETO? 

¿CÓMO PUEDO ORIENTARLE HACIA UNA MAYOR AUTONOMÍA PERSONAL, MAYOR AUTOESTIMA, RESPONSABILIDAD, EQUILIBRIO EMOCIONAL...?


¿CÓMO AYUDARLE A MEJORAR SUS HABILIDADES SOCIALES, SU PARTICIPACIÓN, LA EXPRESIÓN DE SUS EMOCIONES O SU CONDUCTA SOCIAL?


¿CÓMO AYUDARLE A TRANSFORMAR SUS VALORES EN CUALIDADES ?


¿CÓMO PUEDO DESPERTAR SU SENSIBILIDAD, SU TALENTO, SU POTENCIAL ARTÍSTICO…?


¿CÓMO AYUDARLE A TOMAR DECISIONES O RESOLVER CONFLICTOS DE FORMA MÁS EFECTIVA?


Todo pasa por una transformación personal, y ser el motor del cambio que uno quiere para sus hijos. Una transformación que nos convierta en verdaderos guías de vida para ellos. No desde la imposición, desde el castigo o desde los “tienes que”, sino desde la propia motivación personal, la propia pasión y el propio ejemplo. 

Pero uno, solo puede poner foco y transformar aquello en lo que es consciente, y resulta que en el 95% restante, que está en nuestro subconsciente, residen nuestras capacidades reales de lo que podemos lograr, nuestros recursos para encontrar soluciones, nuestros pensamientos limitantes, nuestras falsas creencias, las etiquetas y juicios que nos pusieron los demás, nuestros reacciones aprendidas y automatizadas y un maravilloso potencial desconocido, que por un miedo irracional a bucear por las aguas de lo que realmente somos, nunca descubriremos. 


Este es para mi el mayor drama humano:

"NO PONERSE A PRUEBA"

Según Sandy Vilas presidente de la Coach University, un guía o un coach ha de tener esta naturaleza:

  • Ser amables y solícitos, orientados a las necesidades de la persona  que acompaña.
  • Tener una actitud optimista y positiva hacia las personas. 
  • Sensibilidad para sentir el estado anímico y la energía del otro (desarrollar un sexto sentido)
  • Aprender a expresar y ver más allá de las palabras. 
  • Disposición al aprendizaje continuo.
  • Coherencia entre lo que se hace, se dice y se piensa
  • Creatividad, para hacer de ese acompañamiento y esa enseñanza un arte.

Esto es lo que van a ser los padres para sus hijos, y el trabajo que como coaches haremos nosotros con los padres. Ayudarles a recordar que clases de padres quisieron ser un día para ellos, y reconectarles de nuevo con sus hijos, a través del niño que llevan dentro.




Dice una frase maravillosa de Clarissa Pinkola Estés,
(autora de mujeres que corren con lobos y el jardinero fiel) 
“Confío en que salgas y dejes que te ocurran cuentos, es decir, vida, y que trabajes con estos cuentos de tu vida, la tuya, no la de otra persona, que los riegues con tu sangre y tus lágrimas y tu risa hasta que florezcan, hasta que tú misma florezcas”.
Pues suele suceder, que los cuentos que a mi me ocurren y me hacen florecer con lagrimas y con risas los ojos, siempre tienen que ver con los niños. Hoy me bastó un pequeño documento para enseñarles la grandeza que tienen los cuentos, las historias y ese maravilloso potencial humano para contar de mil maneras distintas la vida, desde otra perspectiva y sin palabras.

 Sólo bastó un video para mostrarles, que en cuestión de perseguir sueños y anhelos, todo empieza al final por dar lo mejor de uno mismo, y con la mejor intención. 

El resto, como la vida demuestra continuamente al que sabe donde mirar y poner el foco, vendrá algún día de vuelta, cuando menos uno lo espera.