martes, 6 de mayo de 2014

VIVIR PARA TRABAJAR






después de este viaducto de mayo donde se conjugaron en perfecta simbiosis, día del trabajo y día de la madre, me pregunto como digna trabajadora y madre:
 ¿Por qué nadie nos enseñó que los niños 
no saben leer nuestras palabras? 
¿Por qué nadie nos dijo a los padres, 
que los niños solo beben de actitudes? 
Y ¿Por qué nadie nos dijo que por más que les expliques, 
jamás entenderán aquello de que los mayores...
 "trabajamos para vivir", 
(aunque en esencia lo que ven es lo contrario)? 

Porque puede ocurrir que un día cuando menos te lo esperas, mientras hablas con pasión de tu trabajo o de lo que quiera que hagas con un objetivo vista, una niña de casi 8, con sonrisa pícara y dardo directo al corazón, te diga:

“Mami...
... lo que tu haces no es un trabajo. 
Jamás podrá ser un trabajo algo que te gusta hacer.
Y jamás puede ser un trabajo algo por lo que no te pagan”.

Y lo cierto es que me dejó sin palabras, y sólo a duras penas le pude decir indignada, que qué pobre vida le esperaría si no hiciera de su trabajo fuera el que fuese (ese en el que pasaría en el futuro entre 8 y 24 horas) una prolongación de sus pasiones, donde poder desarrollar sus ideas, tener iniciativas, desarrollar al máximo sus habilidades e incluso llegar a ser, mejor persona. 

Y aunque se que me excedí, no hablaría con tanta desmedida pasión, si yo misma no hubiese nadado antaño  en las acibaradas aguas de uno de esos empleos de grata remuneración y muy bajo júbilo, para poder ahora de alguna manera inferirlo a los míos.

Y entonces recordé, que hace unos meses en un taller filosófico sociológico se lanzaba un reto con el siguiente dibujo:

“INVENTA UN TÍTULO ” decía el llamamiento.


Yo lo llamé:

“ EL VACÍO QUE SIENTO”

y es que quizás...

... hay una incierta certeza en las personas que realmente les hace creer, que la máscara que muestran a los demás, lo que visten, lo que llevan, lo que adorna sus cuerpos, sus casas, sus coches, sus estatus, sus carteras, puede acaso hacerles cambiar el profundo vacío que sienten por dentro, y no aciertan entender por más que rellenen su vacía realidad con esas cosas que tanto cuestan...

...QUE LA DICHA, EL AMOR, LA COMPASIÓN, EL COMPROMISO, LA MOTIVACIÓN, LA PASIÓN ...

...NACEN DE DENTRO.

Pero...
¿Cómo se le enseña esto a un niño no tan niño en esa edad en la que adolece de todo? ¿Cómo se le enseña con respecto a las ropas y sus marcas, o a esos adornos perpetuos que solo buscan en muchos casos la aprobación del grupo? 
¿Cómo se les dice que han sustituido muchos de ellos los prestigiosos alambres de sus padres por prestigiosas tachuelas que causan gran sensación fuera y el mismo vacío por dentro?

¿ Cómo se les prepara ante esa distorsión enfermiza de unos, con la que ven sus cuerpos gordos o delgados, nunca saludables, o esa patológica exigencia de otros, de querer el mundo a sus pies, tal y como posiblemente tenían a sus padres?

 ¿Cómo se les enseña ahora en su “me da todo igual” o en su “yo paso de todo” cuando lo que han visto y mamado  de ellos durante años, son estas caras de absoluta indiferencia y vacío infinito?

Así que quizás por eso me reitero en decir, que el minicuento de hoy inspirado en aquel dibujo, es ese que dijo un efebo a sus padres con una tachuela en la boca y un gran boquete de indiferencia en la lengua.

-  ¿Merece la pena luchar por algo si la vida me ha enseñado  en cada luna, vuestra cara amarga?
 -  Hay mucho por lo que luchar, cariño, por lo que movilizarte, por lo que regocijar cada mañana y por lo que soñar cada noche...

 Dicen sin convicción millones de padres cada día, con un alambre de espino en la boca y un gran boquete de profundo vacío en el alma. 

Quizás, como digna trabajadora y madre porteadora de  subjetivas enseñanzas, la verdad de mi porteo, que sólo mío, se esconde tras un pensamiento de Khalil Gibran que dice:

“Amar a la vida a través del trabajo, es intimar con el más recóndito secreto de la vida”. 


Aunque la pregunta de hoy que aquí me hago es:
 ¿CÓMO SE TRANSMITE A EFEBOS Y NIÑOS SIN PALABRAS, CON LA QUE ESTÁ CAYENDO, TODO ESO DE AMAR LA VIDA A TRAVÉS DEL TRABAJO, ESE  QUE EN EL FUTURO DEBIERA SER UNA PROLONGACION DE SUS PASIONES. ESE QUE LES PERMITA DESARROLLAR SUS IDEAS, TENER INICIATIVAS Y DESARROLLAR AL MÁXIMO TANTO SUS HABILIDADES, COMO INCLUSO AQUELLA MISIÓN IMPOSIBLE 
EN TIEMPOS DE CRISIS, 
DE SER MEJORES PERSONAS?


Yo, de momento, seguiré poniendo mi alma en lo que hago, hasta que encuentre una respuesta.



Dedicado a todos aquellos 
que a pesar de los alambres de espino 
y las caras amargas que en esta lotería de la vida les tocó vivir, 
se forjaron a sí mismos. 
Aquellos que se levantaron de sus cenizas, se hicieron héroes 
y alzaron con coraje el vuelo con sus impetuosas ganas de saber, 
de aprender más y de llegar más lejos. 
Dedicado a mi amigo Oscar y a otros cómo él, 
que a pesar de los espinos, 
han llegado cómo verdaderos héroes 
a amar la vida a través de su trabajo. 


Almudena Varona M
www.lavidacuentacuentos.com

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