Estaba pensando que las vacaciones sólo son tal vez, un tiempo para seguir aprendiendo sobre lo desconocido que resultan los sitios nuevos y lo “no cotidiano”, pero con más gusto quizás y menos stress, porque los padres posiblemente están más relajados.
Coincidir todos juntos en la comida.
Disfrutar sin prisas de historias de infancia nunca contadas, de lo que cuenta una canción o de las anécdotas divertidas del cole.
Rebozarse con arena de playa,
buscar piedras de animales,
hacer presas en ríos con palos, saltar olas,
cazar caracoles,
o montar en bici entre vacas y eucaliptos.
cazar caracoles,
o montar en bici entre vacas y eucaliptos.
Despertarse con esa ilusión de los 8 y los 7 años por ir solos a comprar el pan.
Y levantarse sin pereza para aprender como es eso de cambiar dinero por cosas y recibir vueltas a cambio.
Despertarse con ganas por aprender a contar.
Observar con atención para no perderse
en la calle. Aprender a saludar, a despedirse
y a mirar antes de cruzar.
¡Y TODO ESO,
SIN PADRES Y SIN SUS MIEDOS!
SIN PADRES Y SIN SUS MIEDOS!
¡Todo genial!
¡Todo está bien...!
.... aunque quizás nada comparado...
... a cuando conocimos a Alba.
Una amiga de puerta en Lastres,
con quien salir a explorar cada mañana,
o con quien esconderse al atardecer.
Alguien con quien ir a comprar el pan y magdalenas de una carrera, o con quien jugar en el parque.
El escondite, el pilla pilla, el torito en alto.
Las bicis, los patines, o el dominó.
Alguien con quien compartir unas monedas
en los castillos hinchables , o con quien ganarse premios a los dardos.
Alguien por quien despertarse cada mañana para salir a jugar, o con quien desvelar
con inquietud...
... QUÉ NUEVA COSA, SIN PADRES Y SIN SUS MIEDOS, SE PUEDE HACER ESE DÍA.
con inquietud...
... QUÉ NUEVA COSA, SIN PADRES Y SIN SUS MIEDOS, SE PUEDE HACER ESE DÍA.
Porque hay algo que supera cualquier miedo, que son las ganas de seguir creciendo...
Porque hay algo que supera nuestros miedos,
que son las ganas de irles viendo sanos crecer.
Aunque en ocasiones, es cierto...
...somos humanos, y entre regañinas y risas,
a veces, sin que se enteren...
... TAMBIÉN NOS SUPERA EL MIEDO.
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Y al hilo, cuenta este minicuento,
como otros tantos reales que me invento,
como otros tantos reales que me invento,
que paseando una familia por una feria se empiezan a oír petardos y fuegos.
- Mami, dice la niña de cuatro años en un sobresalto,
¿Te acuerdas que cuando era pequeña me daban miedo los cohetes y los petardos?
- Si, cariño.
- Y ¿Por qué ahora me siguen dando miedo, que soy más mayor?
- Porque los mayores, también sentimos miedo, mi amor. Pero luego se nos pasa.
- Bueno, hasta que se me pase, me cogeré de tu mano mami, y luego me soltaré.
-Si cariño...
...HASTA QUE SE ME PASE A MÍ, YO TAMBIÉN ME AFERRARÉ FUERTE A TU MANO, Y DESPUÉS, POCO A POCO,MIENTRAS SE ME PASE...
... TE IRÉ SOLTANDO.
Mi recuerdo de hoy para Irene y Alba
Almudena Varona M